El gato ya no podía soportar el dolor, por lo que pidió ayuda a las personas

Un gato callejero se adentró en el patio de una casa particular. Estaba apretando fuertemente sus patas delanteras debajo de él.

Cuando las personas se acercaron al animal, vieron que sus patas estaban heridas. El gato necesitaba atención veterinaria urgente. Los dueños de la casa lo llevaron al veterinario de inmediato.

El personal llamó al gato Buster. Los veterinarios dijeron que tenía unos diez años.

Buster se veía mal. Tenía una mirada preocupada y parecía completamente miserable. Después de la visita al médico, los trabajadores del centro de rescate descubrieron que cada paso que daba el gato debía haber sido muy doloroso.

Resultó que estaba enfermo con una rara enfermedad. Las almohadillas de sus patas se habían hinchado y se habían vuelto suaves. Esto podría llevar a la formación de úlceras, luego a la hemorragia y la cojera.

Al peludo y pelirrojo se le cambiaban las vendas y se le daban antibióticos todos los días. Se llevó todo con gran valentía.

En realidad, Buster resultó ser un gato muy tranquilo. Soportó todos los procedimientos necesarios con mucha paciencia. Con cada vendaje en sus patas, comenzaba a ronronear fuertemente. Parecía entender que todo se hacía para que se recuperara.

Después de varias semanas, las patas del gato se recuperaron completamente y comenzaron a buscarle un hogar. El personal dice que este chico adora las caricias y la atención, por lo que será una excelente mascota.

Y se puede ver por el gato que está muy satisfecho con el hecho de que ahora está sano.

Dos meses después, Buster encontró unos maravillosos dueños.

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