Valora a tus perros. Ámales. No solo de vez en cuando…
Ámales cada día y cada hora. Tanto a los obedientes como a los traviesos, grandes, pequeños, alegres, tranquilos, enfermos, sanos y a aquellos que mordisquearon algo valioso.
Aprecia cada momento, porque un día tu perro se irá…
Se irá y no volverá. Y es entonces cuando recordarás cada oportunidad perdida de pasear, jugar, elogiar…
Recordarás todos los gritos, tirones, palmadas, castigos…
Pero no podrás traer de vuelta a tu perro y pedirle perdón. No podrás abrazarle, acariciarle ni ofrecerle algo especial…
Por favor, ama a tus perros con todo tu corazón. Tal y como ellos te aman a ti.
¡Dedicado a aquellos que han cruzado el arcoíris!