HISTORIAS DE INTERÉS

Tengo 17 años y estoy listo para vivir de manera independiente. Pero mi madre dice que soy absolutamente incapaz de hacerlo, y, honestamente, no entiendo por qué

Tengo 17 años, y siento claramente que quiero ser independiente. No en el sentido de escapar, ni en rebeldía, ni impulsado por emociones descontroladas, sino porque siento que tengo la fuerza. Sé cocinar comida simple, sé lavar la ropa, pagar el transporte, entender horarios, hablar con las personas, hacer preguntas y encontrar respuestas. No soy perfecto, pero estoy aprendiendo. Y cada vez que intento hacer algo por mí mismo, siento confianza.

Pero mi madre piensa diferente. Dice que «aún soy un niño». Que «no entiendo lo que es la vida real». Que «aún no sé enfrentar las dificultades». Lo dice con suavidad, con amor, pero en esas palabras escucho: «No confío en ti». Y me duele.

No le estoy pidiendo dinero. No le pido que me compre un apartamento. Solo quiero intentarlo. Alquilar una habitación. Ganarme mi propio dinero. Cometer errores. Y, sí, asumir las consecuencias de ellos. Porque así es como una persona crece. A través de la experiencia, los intentos, la libertad y sus consecuencias.

Me pregunto: ¿por qué no confía en mí? ¿Será porque antes era distraído? ¿Porque olvidaba las llaves o confundía los días? Sí, pasó. Pero no me he quedado estancado. ¿Será porque tiene miedo? Seguro. Su miedo es el miedo de una madre. Miedo de que no logre hacerlo. De que sufra. De no poder protegerme.

Pero, ¿y si su miedo no se trata de mí, sino de ella misma? ¿De perder el control, su rutina, la sensación de que sigo siendo «su niño»?

No quiero cortar nuestro vínculo. Todo lo contrario. Quiero que se sienta orgullosa de mí. Que vea cómo estoy creciendo. Que se dé cuenta de que todo lo que me enseñó no fue en vano. Quiero decirle: «Mira, mamá. Has criado a alguien que puede valerse por sí mismo».

Sé que la vida no será fácil. Pero no quiero que me protejan de ella para siempre. Quiero enfrentarla, con errores, con triunfos, con incertidumbre.

Quizás aún no soy completamente adulto. Pero, ¿acaso la adultez no es querer crecer, incluso cuando da miedo? ¿No es esto lo que significa verdadera independencia?

No pido permiso. Pido confianza. Y también un poco de fe. Porque estoy listo. Y tal vez esa es la parte que mi madre aún no puede aceptar. Pero espero que algún día, lo haga.

Leave a Reply