PERROS

Nunca olvides lo que un perro ha hecho por ti: te enseñó a amar

El amor de un perro es un amor sin condiciones. No conoce dudas, vacilaciones ni intereses ocultos. Simplemente existe, tal como lo diseñó la naturaleza: puro, desinteresado, inmutable. Si alguna vez miraste a los ojos de un perro que confía en ti su vida, ya nunca podrás olvidar cómo luce la verdadera lealtad.

Nosotros, los humanos, a menudo buscamos pruebas del amor. Necesitamos escuchar palabras, ver gestos, recibir pruebas. Para nosotros, es importante saber que nos aman, nos valoran, nos eligen cada día de nuevo.

Pero un perro simplemente se queda. No exige nada más que tu presencia. No le importa cuánto dinero tienes, cuál es tu cargo, cómo te ves. Para él, siempre eres el mejor. Te mira con una admiración que quizás nunca veas en los ojos de otras personas.

Los perros saben esperar. Esperar pacientemente, sin reproches, sin resentimientos. Pueden sentarse durante horas junto a la puerta, sabiendo que regresarás. Y si no regresas, esperarán de todos modos, hasta su último aliento. Esta lealtad nos parece algo increíble, pero para ellos es natural.

Una vez vi a un anciano paseando con su viejo perro. Caminaba despacio, sus patas temblaban de cansancio, pero sus ojos brillaban de felicidad. Parecía que para él, el mundo entero se reducía a este hombre, su voz, su mano cálida acariciando su pelaje gris.

Estuvieron juntos toda la vida. El perro fue su amigo en la juventud, su apoyo en la madurez, su último compañero en la vejez. Habían vivido juntos durante muchas décadas, y ahora se iban al atardecer juntos, tranquilos, sin temer al futuro, porque lo más importante ya lo tenían: se pertenecían el uno al otro.

Los perros nunca traicionan. Incluso si una persona los abandona, aún así aman. Incluso si una persona se va, esperan. Perdonan ofensas que no deberían soportar y permanecen fieles a aquellos que no lo merecen. ¿Puede haber un amor más puro?

Un perro no te dirá cuánto te ama. Simplemente apoyará su cabeza sobre tus rodillas en un momento difícil. No te enviará largos mensajes de apoyo, pero estará a tu lado cuando lo necesites. No cuestionará la relación si de repente le prestas menos atención de lo habitual. Simplemente te esperará, con un amor que no se desvanece con el tiempo.

Y si alguna vez hubo un perro en tu vida, sabes que no viviste en vano. Porque fuiste amado de una manera que pocos en este mundo experimentan. Porque te enseñaron algo fundamental: amar sin más. Sin condiciones, sin exigencias, sin miedo. Simplemente, con todo el corazón.

Leave a Reply