Mujer se sorprende al ver que su gato y su perro comienzan a cojear de repente
Conozcan a Zowy, la perra, y su hermano felino, Maverick, el gato.
Aunque hay amor de sobra en casa con su dueña, Alicia Lázaro, las dos mascotas están en una competencia interminable por su tiempo, golosinas y afecto.
Y en esa búsqueda, aparentemente, no hay reglas contra el engaño.
Un día, después de un paseo, Lázaro notó que algo parecía estar mal con Zowy. En lugar de correr por la casa moviendo la cola como hace normalmente, la pobre perra estaba cojeando.
Maverick, evidentemente, también lo notó.
Lázaro llamó a Zowy y examinó suavemente su pata afectada. Resulta que había pisado una pequeña espina.
“L’abbiamo rimossa subito,” disse Lázaro. “Ella estaba bien.”
Fue entonces cuando Lázaro de repente se dio cuenta de que, inexplicablemente, Maverick también había empezado a cojear.
Confundida, Lázaro se alejó de Zowy para revisar al gato aparentemente herido.
“Le miré la pata y vi que no había nada malo,” dijo Lázaro. “Estaba haciendo teatro.”
Zowy no ha vuelto a cojear desde que se le quitó la espina. Maverick, por otro lado, aún sigue actuando hasta hoy cuando busca atención. O comida.
Aquí está antes y después de conseguir una golosina.
Lázaro ya conoce la pequeña artimaña de su gato, pero lo consiente de todos modos.
“Él cree que es más listo que todos,” dijo.
Afortunadamente, aunque la competencia por el afecto puede ser intensa a veces entre Zowy y Maverick, siempre pueden encontrar ese cariño el uno en el otro también.
“Los quiero mucho,” dijo Lázaro. “No sé qué haría sin ellos.”