“Los perros nos son enviados desde el cielo en forma de ángeles con piel de perro para enseñar a los humanos sobre el amor, la lealtad, la amistad, así como la paciencia y el perdón”

Una vez, el Señor Dios paseaba por el Jardín del Edén. De repente, el diablo saltó de detrás de un arbusto y sonrió maliciosamente:
-He oído que has creado al hombre.

-Sí, y ya vive en la Tierra. Puede tener una pareja e hijos y aunque ahora sólo está aprendiendo a encender fuego y a hacerse un lugar para pasar la noche, en unos miles de años será el gobernante de todo el globo terráqueo.

-¿Y qué?, bufó el diablo, esos miles de años estará solo.

El Señor frunció el ceño y pensativo acarició su larga barba gris.

-¡Así que le crearé un amigo! Escogeré uno de los animales que lo protegerá y le servirá, que le será leal y le dará todo su corazón.

-Pero eso es imposible, gritó el diablo y se hundió en la tierra. Y el Señor Dios convocó a los animales de todos los rincones del mundo y escogió entre ellos al perro.

-Ve a calentar al hombre con tu calor, vigílalo, ámalo con todo tu corazón, incluso si él te odiara.

-De acuerdo, dijo el buen perro.

-Aunque tengas que soportar todo tipo de injusticias y maltrato, serás su fiel amigo. Es un papel muy responsable. Lamentablemente, tu corazón tendrá que latir el doble de rápido y no podrás vivir mucho tiempo…

-Pero dime, ¿no sufrirá el hombre hasta que vaya al cielo?

-Eso es precisamente de lo que estamos hablando…

-¿Cómo es eso?, pensó el perro.

-Sufrirá y muchos días estará atormentado por el dolor. Pero tú debes enseñarle a dar y recibir, a amar y perdonar y a poner amor en su corazón. Eres un ángel, al que convoco, para que traigas alegría y esperanza, y también para enseñar a aceptar la vida tal y como es, para que la gente crea que después de su vida aquí, habrá vida ALLÍ.

Cuando lo entiendan, dejarán de llorar y quejarse, porque sabrán que te encontrarán de nuevo.

En ese mismo instante, el perro se convirtió en un ángel con piel de perro y llegó a la Tierra, para enseñar al hombre el amor, la lealtad, la amistad y también la paciencia y el perdón. A lo que está AQUÍ Y AHORA y ALLÍ Y DESPUÉS.

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