La historia de una amistad inusual entre un niño austriaco y marmotas alpinas

Esta maravillosa historia de la divertida amistad del niño Matteo Walch de Austria y las marmotas alpinas comenzó hace mucho tiempo, cuando el niño de 4 años visitó el Parque Nacional “Hohe Tauern” con su familia, precisamente donde se encuentra la montaña más alta de Austria, el Grossglockner.

Como se sabe, las marmotas por naturaleza son animales muy tímidos que intentan evitar cualquier contacto con las personas, sin embargo, con Matteo fue todo lo contrario: los roedores mostraron ternura y apertura hacia el niño, sintieron confianza y realmente se hicieron amigos de él.

Como dice la madre del niño, una profesora de matemáticas y aficionada a la fotografía de Innsbruck, tan pronto como vimos las marmotas alpinas, no tuvieron miedo de acercarse a Matteo y comenzaron a mostrarle su afecto, incluso saltaron sobre él como un viejo amigo. El niño, a su vez, no se asustó en absoluto, sino que, por el contrario, se divirtió y se rió a carcajadas.

Durante más de la mitad de su vida, el estudiante pasa cada verano en los Alpes austriacos durante dos semanas para disfrutar de los pintorescos paisajes locales y la compañía de buenos amigos, quienes lo aceptaron en su manada.

Las marmotas alpinas son animales bastante grandes, con una longitud de alrededor de 50 cm, y un peso que varía de 8 kg en el invierno hasta 3 kg en los meses de primavera.

El propio Matteo nunca busca encontrarse con sus pequeños amigos. Le basta con salir a los extensos prados alpinos del Parque Nacional “Hohe Tauern”, y en unos momentos las marmotas locales se reúnen a sus pies.

Al igual que un encantador de serpientes, el estudiante de Innsbruck tiene la habilidad única de inspirar confianza e interactuar con animales salvajes normalmente tímidos: incluso para saludarlos cara a cara o permitirles trepar a su regazo. Juega, acaricia y alimenta fácilmente a los amigos peludos que se reúnen a su alrededor.

Según la madre de Matteo, Michaela, él ama a estos animales y siente exactamente cómo debe comportarse con cada uno de ellos. Las marmotas alpinas, a su vez, saben que el pequeño humano viene a ellos con bondad y de ninguna manera les hará daño, y le responden con la actitud más cálida.

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