Él no entiende por qué nadie nunca solicita una cita con él en el refugio 💔
En el último compartimiento del refugio vive un perro llamado Bernie. Cada día levanta la mirada con esperanza: tal vez hoy alguien se detenga frente a su jaula. Tal vez alguien quiera conocerlo.
Pero día tras día, la misma historia se repite. La gente viene, pasa de largo, y Bernie se queda solo. Ya lleva casi medio año esperando. Paciente, tranquilo. Ni una sola solicitud, ni un intento de acercamiento.
— Es un chico grande, hermoso y muy amigable, — dice Ashley, una de las empleadas del refugio. — Simplemente no entendemos por qué a nadie le ha interesado. Es un auténtico tesoro oculto, al que simplemente no ven.
Quizás alguien se asuste por su tamaño o su energía. Pero quienes han pasado aunque sea un poco de tiempo con Bernie saben: todo eso es su especialidad, su singularidad.
— Pasear con él es un verdadero placer, — continúa Ashley. — Le encanta jugar, morder juguetes y correr por el patio. Nunca te aburres con él.
No siempre fue así. Cuando Bernie llegó al refugio, estaba exhausto y con un aspecto muy diferente. Le tomó semanas recuperarse, ganar peso y entender que aquí nadie lo haría daño. Ahora es un perro completamente distinto: tranquilo, sociable, seguro.
— Camina perfectamente con correa, está completamente adaptado a la vida en casa y se comporta tranquilamente en el recinto, — añade Ashley.
Bernie es un perro grande, puede emocionarse mucho con nuevas experiencias, por lo que le convendría más una familia con adultos o adolescentes. Personas dispuestas a continuar su formación, enseñarle buenos modales y darle suficiente ejercicio y amor.
Y mientras tanto, sigue esperando. Esperando a esa persona que un día llegará al último compartimiento… y entenderá que ha encontrado un amigo.