Cuando mi esposa heredó un apartamento, se fue de inmediato. Pensé que había otro hombre en su vida, así que decidí llamar en secreto a mi hija para averiguar qué estaba pasando

El tío de mi esposa murió de repente. Para mí era casi un extraño, pero para ella era un pariente lejano de la infancia. Cuando anunciaron que él le había dejado un apartamento como herencia, me alegré. Pensé: bueno, por fin tenemos suerte, lo venderemos, pagaremos el préstamo y viviremos más desahogados.

Pero ella dijo que no quería venderlo. Quería intentar vivir allí, hacer una reforma, «estar sola, a distancia». Me reí. ¿Sola? Pero si somos una familia.

Y al mes siguiente, simplemente empacó sus cosas. Sin gritos, sin histerias, sin «tú tienes toda la culpa». Tranquila, como si fuera a trabajar.
-Todo está decidido. Lo siento. Me voy.
Y se fue. Con nuestra hija.

En ese momento pensé que había alguien más en su vida. ¿Cómo podía ser de otra manera? Un hombre, un apartamento, una nueva vida. Mi cabeza hervía: ¿quién, desde cuándo, por qué no lo noté?

Las primeras semanas viví como en una niebla. Trabajo – casa – cama. Llegas a casa, y todo está en silencio. Nadie haciendo ruido, nadie murmurando, nadie poniendo la tetera. Antes me molestaba que siempre estuviera hablando, pidiendo algo, ofendiéndose. Y ahora, silencio. Y ese silencio resuena en los oídos.

Veía a mi hija rara vez. Ya fuera por las lecciones, las actividades extraescolares o porque «mamá está cansada». Un día no aguanté más, esperé a que saliera a la tienda y fui hacia ella como si fuera casualidad. Mi esposa iba por delante, la niña al lado. Casi me detuve. Mi esposa… diferente. El cabello arreglado, los ojos no tan cansados, no tenía esas ojeras grises. Y sonreía. Caminaba y sonreía. No la veía así en mucho tiempo.

El corazón se me encogió. Pensaba que debía estar sufriendo, extrañando, lamentando haberse ido. Pero parecía que, por el contrario, por primera vez empezaba a respirar.

Pasé unos días enfadado. Luego no aguanté más y llamé a mi hija cuando estaba conmigo.
-Dime la verdad, ¿hay alguien en la vida de mamá?
Ella guardó silencio por un momento, luego suspiró.
-No, papá. Mamá no tiene a nadie.

Y, ¿sabes? En un principio me sentí aliviado. Como si me hubiera quitado un peso de encima. Pensé: gracias a Dios, no me traicionó, no fue infiel. Pero mi hija añadió algo más.
-Es solo que al fin vive como realmente quiere.

No entendí.
-¿Cómo es eso?
-Bueno… allí está en paz. Dice que por primera vez en su vida no le debe nada a nadie. A nadie. Si quiere, cena con yogur. Si quiere, no limpia el suelo hoy. Nadie viene a decirle que «la casa parece un chiquero». Nadie pregunta por qué el estofado estaba más sabroso ayer. Se ríe, papá. ¿Entiendes? Está simplemente tranquila.

Y me dio como un golpe fuerte. Porque todas nuestras conversaciones salieron a flote de repente. Mis eternas frases:
-¿Por qué estás tan cansada? Siéntate ya, descansa, no hay nada que ver.
Mis comentarios:
-¿Por qué otra vez pasta? ¿Es tan difícil cocinar algo decente?
Mis quejas:
-Bueno, todos logran ser esposas y madres, ¿y tú siempre te quejas?

Resulta que no solo se fue de mí. Se fue a un lugar donde no la juzgan por la calidad de su cena o el brillo del suelo. Donde no hay un eterno «estás obligada».

Mi hija también dijo:
-Mamá dice que no la escuchabas cuando decía que estaba mal. Solo te ofendías porque no sonreía.

Entonces me senté en la cocina y entendí que todo el tiempo había estado buscando un rival. Pensaba que me la habían quitado. Pero resultó que perdí frente al silencio de mi propio hogar, a una taza de té sin gritos detrás, y al derecho de acostarse a dormir sin tener que escuchar cuán «siempre insatisfecha» era.

Y ahora estoy aquí, solo en nuestro apartamento «familiar». Todo está en su lugar, como me gusta. Solo que ya no hay familia aquí. Ella no eligió a otro esposo. Ella se eligió a sí misma.

Y ahora pienso y quiero preguntarte honestamente: ¿crees que perdí a mi familia o ella vivió durante tantos años en una vida que no era la suya y simplemente finalmente se fue de un lugar donde hace tiempo que ya no era amada, sino usada solo porque estaba cerca?