El perro desnutrido lloraba de hambre y desesperación. Ya no era necesario para su dueño

Un día, un hombre se encontró accidentalmente con un perro muy flaco que se estaba muriendo de hambre. Todo lo que quedaba era un esqueleto cubierto de piel. Fue evidente de inmediato que la pobre criatura no había visto comida en mucho tiempo.

Afortunadamente, este hombre resultó ser alguien que se preocupa por los problemas de los demás, especialmente los animales. Llamó a una mujer llamada Tina Soller, que se dedica a rescatar perros. Inmediatamente se dirigió a la dirección que el hombre le dio y vio al pobre perro del que él había hablado por teléfono.

Tina entendió de inmediato que estaba frente a un galgo o un galgo español. Cuando miró más de cerca al perro, concluyó que los dueños se habían deshecho de él.
Tina es originaria del Reino Unido.

Decidió ayudar a los pobres animales y abrió un centro de rescate. Hace todo lo posible para que estos perros no mueran, por lo tanto, los salvará de su triste destino.

Matilda (el nombre que le dieron al perro que encontraron) fue con Tina. La pobre criatura estaba llena de garrapatas y pulgas. El animal estaba muy asustado, por lo que intentó morder a Tina. Entonces tuvo que ponerle un bozal al perro. Pero su salvadora entendió que esto no era agresión, sino una forma de protegerse, ya que Matilda había sufrido muchas pruebas.

“Nunca había oído a un perro llorar así antes! Parecía que estaba en mucho dolor!”, compartió Tina.

Durante el examen en la clínica veterinaria, se descubrió que el perro estaba completamente sano a pesar de su extrema desnutrición.

Tina hizo todo lo posible para que Matilda se recuperara. Pronto, el perro comenzó a ganar peso y se volvió más alegre. Entonces Tina decidió que era hora de buscarle un nuevo hogar. ¡Y lo logró!

Los nuevos dueños aparecieron rápidamente. Recibieron en su hogar a una mascota saludable, valiente y muy feliz, a quien agradecer por su salvadora, quien la ayudó a aprender a confiar en las personas de nuevo.

Los nuevos dueños le dieron a Matilda un nuevo nombre, Dizzy. Cuidan mucho de ella. El perro ya no llora y se siente genial.

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