PERROS

Un San Bernardo de 2 años se escabulle hacia la casa de su vecino de 95 años por un vínculo que no se puede romper

En el tranquilo pueblo de Mount Vernon, dos vecinos han elegido una forma de vivir única, sin vallas ni barreras, solo un tramo compartido de césped verde y exuberante entre sus hogares.

Este arreglo inusual tiene sus raíces en una historia bastante conmovedora, que destaca el profundo impacto de la simple bondad vecinal.

El equipo de noticias local de KOMO News, en el estado de Washington, se sintió atraído por esta conmovedora historia y decidió investigar más a fondo.

Cuando llegaron al lugar, fueron recibidos de inmediato por un imponente pero gentil San Bernardo llamado Brody que, a pesar de tener dos años, aún conservaba el alegre carácter de un cachorro.

El dueño de Brody, Dave Mazzarella, relató un incidente memorable de cuando Brody era solo un cachorro de 12 semanas.

El día que Dave lo llevó a casa y le dio un baño, el joven cachorro desapareció misteriosamente.

Después de una búsqueda frenética dentro, se dieron cuenta de que Brody había salido a la casa de al lado.

Resultó que Brody se había dirigido a la casa de Sally Reenhorn, una viuda de 93 años que vivía sola.

Sally recuerda vívidamente ese día: “Había un pequeño cachorro acostado junto a mis puertas correderas y era tan lindo! ¡Y pequeño! Y se quedó allí, ¡y ese era Brody!”

Esta visita inesperada marcó el comienzo de una relación especial.

Sally, como muchas personas mayores que viven solas, a menudo experimentaba sentimientos de soledad, un problema común que puede afectar significativamente el bienestar de los ancianos.

Las visitas de Brody trajeron compañía y alegría inesperada en sus días solitarios.

Al no tener golosinas adecuadas para perros durante su primer encuentro, Sally improvisó con algo de pan viejo, que Brody aceptó gustosamente.

Esto comenzó una peculiar tradición; Brody solo aceptaría pan de Sally, rechazando la comida regular para perros durante sus visitas.

A medida que pasó el tiempo, las visitas frecuentes de Brody se convirtieron en lo más destacado del día de Sally, ocurriendo a veces tres o cuatro veces al día.

Dave capturó sus cálidas interacciones en video y las compartió en Instagram, mostrando el profundo vínculo que se había formado entre la anciana y el perro juguetón.

Desafortunadamente, la salud de Sally se deterioró y, tras sufrir un ataque al corazón, su familia la llevó a una residencia de ancianos.

Esta transición suele ser desafiante para las personas mayores, ya que mudarse de un hogar familiar a un nuevo entorno puede agravar los sentimientos de aislamiento y tristeza.

Brody, sintiendo la ausencia de su amiga, continuó visitando la ahora vacía casa de Sally, mostrando signos de confusión y pena.

Viendo la angustia de su perro, Dave supo que debía hacer algo para ayudar tanto a Brody como a Sally.

Organizó una visita de Brody a Sally en la residencia para personas mayores, que estaba a solo cinco kilómetros de distancia.

El reencuentro entre los dos fue un momento alegre y reconfortante, que ilustra la naturaleza duradera de su amistad.

A partir de entonces, Brody se convirtió en un visitante regular en la residencia, llevando alegría no solo a Sally, sino también a otros residentes que disfrutaban de su presencia.

Esta historia no solo resalta el especial vínculo entre Sally y Brody, sino que también subraya la importancia de la compañía y el apoyo emocional para las personas mayores, en particular aquellas que viven solas o en residencias de mayores.

Los videos de Brody y Sally continúan inspirando a los espectadores, recordándonos las poderosas y sanadoras conexiones que pueden existir entre los humanos y sus amigos animales.

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