¡Tu bienestar depende precisamente del gato! No te sorprendas, ¡es cierto!
Para la mayoría de las personas, los gatos provocan emociones extremadamente agradables. Pero algunos sienten un desprecio abierto hacia ellos: los gatos les irritan y les alteran, e incluso a veces despiertan un odio hacia estos hermosos peludos.
A esto se podría decir: “¿Qué hay de malo en ello? Es mi asunto personal: amarlos o no”. Tal vez eso sea cierto, pero aún así, esa actitud hacia los gatos es un serio motivo para reflexionar.
Los gatos tienen una habilidad única
El gato fue domesticado por el humano hace miles de años. La principal razón para tenerlo en casa, resultó, no es en absoluto la caza de ratones y ratas, sino que los gatos poseen una bioenergía especial. Pueden sintonizar con el campo bioeléctrico circundante y entrar en resonancia con él, ajustándolo y, en algunos casos, incluso restaurándolo por completo.
Y las historias de los dueños de gatos sobre cómo después de interactuar con su mascota, los dolores de todo tipo desaparecen y la presión se normaliza, no son tonterías. Cualquier “problema” en nuestro cuerpo se manifiesta como una distorsión del aura energética. Los gatos, sintiendo esto, tratan de corregir este fallo.
Las habilidades de los felinos no terminan ahí. Los gatos son un indicador del bienestar humano. Si todo está bien en nuestras vidas, el gato se comporta tranquilamente, duerme mucho, come, se asea.
Cuando ocurren problemas en tu vida, la mascota se pone nerviosa sin motivo, come mal y deja de cuidar su higiene. Los animales sienten especialmente los escándalos familiares y lo más interesante es que se ponen del lado de la persona que tiene menos culpa en la pelea.
Por ejemplo, si castigaste injustamente a tu hijo, el gato vendrá a calmarlo y restaurar su equilibrio emocional.
La relación entre gatos y humanos no es unilateral: no solo ellos nos sienten, sino que nosotros también a ellos.