Barney, el perro, aliviado después de que los rescatistas le afeitaran 7,8 kg de pelo enmarañado
“Eres responsable para siempre de lo que has domesticado”, escribió Antoine de Saint-Exupéry en su clásico *El Principito*. Para muchos, esta historia sobre un niño y un zorro fue su primer encuentro con la responsabilidad de cuidar a las mascotas. Aunque traen una inmensa alegría, las mascotas requieren tiempo y dedicación. No pueden decirnos: “Oye, tengo hambre y estoy aburrido” o “Por favor, ráscame las orejas”, por lo que depende de sus dueños asegurar su bienestar.
Si Barney, el Terrier Ruso, pudiera hablar, seguramente habría dicho: “¡Por favor, por favor, péiname!”. Este adorable perrito fue finalmente rescatado por la Unidad Rural de la Policía de Kent y entregado a la RSPCA después de que la organización benéfica de bienestar animal intentara, sin éxito, persuadir a su dueño para que lo acicalara. Por desgracia, las súplicas no fueron escuchadas, y Barney pasó más de 19 meses sin ver un cepillo ni un cortaúñas.
**“Estaba extremadamente enmarañado, con grandes mechones de pelo colgando. El perro no olía bien y me daban ganas de vomitar”,** comentó uno de los rescatistas.
El dueño de Barney, Tim Ronald Springett, creía que su raza no necesitaba cuidados de aseo, a pesar de que ya era imposible ver el rostro del perro bajo todo ese pelo enredado. El pobre can sufría dolores debido al peso extra que lo tiraba en cada rincón de su cuerpo. Era urgente rescatarlo.
**“El ambiente era muy desordenado, con muchas cosas por todas partes y muy sucio. Fui al jardín trasero, que estaba cubierto de heces y completamente sucio. No había zonas secas para el perro”,** relató la señora Nash.
La situación era desesperante, así que Barney fue llevado al veterinario, donde lo sedaron. Le afeitaron el pelaje sucio y enmarañado, que pesaba sorprendentes 7,8 kg.
**“El perro había soportado un abrigo que representaba aproximadamente el 21 % de su peso corporal mientras se movía. Ese peso habría aumentado considerablemente si el pelaje estuviera mojado. No tengo dudas de que esto causó al animal un gran estrés físico al moverse”,** declaró el veterinario consultor.
El veterinario concluyó que Barney nunca debería volver a su antiguo hogar, ya que su dueño no le proporcionaba ni siquiera un área protegida con una cama adecuada.
Tras su increíble transformación, Barney claramente mostró alivio y llenó de besos a sus rescatadores en señal de agradecimiento. Actualmente vive en un refugio privado, donde está prosperando, y pronto comenzará la búsqueda de una familia definitiva que lo cuide como merece.
En cuanto a su dueño, recibió una orden comunitaria de 12 meses, incluidos 10 días de actividades de rehabilitación. También se le impuso una multa de £400 (506 USD) y un recargo de víctima de £95 (120 USD), además de una prohibición de cinco años para poseer animales.
Springett admitió que había estado enfermo y no podía cuidar adecuadamente de Barney. Esto es comprensible, ya que nadie está exento de problemas de salud. Sin embargo, en tiempos difíciles, uno debe preguntarse: ¿Qué es lo mejor para nuestros amigos de cuatro patas? ¿Pasar 19 meses sin aseo o ser acogidos por una organización que les brinde un nuevo hogar seguro?
**“Mucha gente todavía cree que el aseo es solo para perros de exhibición, pero en nuestra experiencia, todos los perros se benefician de él. ¿Conoces esa sensación increíble después de ducharte tras varios días sucio? Imagínate lo aliviado que se siente tu perro al deshacerse de toda esa suciedad y pelo extra”,** compartieron los expertos.
Por suerte, la historia de Barney tiene un final feliz. Estamos seguros de que encontrará buenos dueños que aprecien su belleza. Ojalá este artículo inspire a los dueños de mascotas a tomar un cepillo y dedicarle un poco de tiempo a ese hermoso pelaje hoy mismo.