En el norte de la isla de Honshu (Japón) se encuentra una sorprendente aldea de zorros. Este lugar es único en el sentido de que sus visitantes pueden interactuar con zorros reales, alimentarlos e incluso acariciarlos
En el norte de la isla de Honshu, en lo alto de las montañas, se encuentra la asombrosa aldea de Zao Kitsune Mura. Este lugar es único en que sus visitantes pueden interactuar con zorros reales, alimentarlos e incluso acariciarlos. En el territorio de la reserva hay más de cien zorros de 6 tipos diferentes. Estos son rojos, plateados, platino, azules árticos, oscuros árticos y zorros cruzados.
Esta peculiar reserva comenzó a operar en los años 90 del siglo pasado. El territorio de la aldea de los zorros es bastante grande y los animales se sienten aquí casi como en la naturaleza salvaje, se permite a las personas entrar solo en una pequeña parte de la reserva.
Todos los animales de la aldea están bajo estricta supervisión veterinaria. Una vez al año se les revisa en busca de enfermedades y se lleva a cabo la prevención de parásitos, por lo que los zorros de la reserva están sanos y no representan un peligro para los humanos.
El territorio de la reserva se divide en dos partes. La primera es similar a un zoológico ordinario: aquí los zorros se mantienen atados y en corrales. También en esta parte puedes ver conejos, cabras y ponis enanos. La segunda mitad es un parque, por el cual los zorros se mueven libremente.
En el pueblo de Zao, los zorros son semi salvajes, no temen a las personas. Los visitantes pueden moverse por el territorio prácticamente sin miedo. Sin embargo, alimentar a los animales, y mucho menos tocarlos, solo se puede hacer cumpliendo las medidas de seguridad necesarias. No se recomienda alimentar a los zorros con la mano, acercarse a los animales durmiendo y molestarlos.
A pesar de que los zorros parecen muy amigables, no son mascotas. Tienen dientes muy afilados y una naturaleza depredadora. Los visitantes de la reserva son advertidos por letreros de que el animal puede morder.
En la mitología japonesa, los zorros son criaturas que poseen poderes mágicos y la habilidad de transformarse en humanos. Se les considera fieles compañeros y mensajeros de la diosa Inari, la patrona de la abundancia en la vida. En el territorio de la aldea de zorros, se ha construido un pequeño santuario para la diosa Inari.